Ponemos los huevos a cocer. Cuando empiece a hervir el agua contamos 8 minutos. Sacamos y los ponemos en agua fría para que nos sea más fácil pelarlos. Sólo vamos a usar las yemas así que las claras las guardamos para ensaladas, para rellenarlos de algún paté o relleno al gusto.

En un bol, colocamos un colador y vamos aplastando las yemas de los huevos de 1 en una. (La función del colador es para que queden hilitos de yema y no la yema simplemente aplastada). Una vez terminado, quitamos el colador.

Añadimos las yemas, la mantequilla fría cortada a trozos, 120 gr del azúcar glass y la pizca de sal en el vaso de nuestro Thermomix. Programamos 10 segundos velocidad 3.

Añadimos la ralladura de la piel del limón, la harina, la maicena y programamos 20 segundos velocidad 4.

Sacamos la masa a la encimera y amasamos un poco. Dividimos la masa en 2 y las envolvemos en film. Dejamos que repose en nevera al menos 1 hora.

Pasado este tiempo, ponemos en la encimera un poco de harina y estiramos la masa de las galletas hasta conseguir un grosor de 10mm.

Utilizaremos corta pastas para hacer la forma de nuestras galletas. En este caso usé unos corazones de diferentes tamaños pero puedes usar el corta pastas que más te guste. Las vamos poniendo en una bandeja con papel vegetal y reservamos hasta haber acabado con las 2 mitades de masa.

Cuando hayamos acabado, con el horno precalentado, metemos una bandeja de galletas en el horno y las horneamos a 170 grados durante 12-15 minutos, siempre vigilando que queden un poco doradas pero no tostadas.

Pasamos a una rejilla y dejamos enfriar. Una vez frías, espolvoreamos con los 30 gr de azúcar glass que nos habían sobrado.